jueves, 8 de enero de 2015

LA LEY DE LA EDUCACIÓN

LA LEY DE LA EDUCACIÓN
Como maestro eficaz, usted no sólo debe de conocer lo que  intenta enseñar,  sino también a quienes desea enseñar. Usted  no está interesado en  inculcar  principios; usted quiere contagiarlos  para que ellos estén tan emocionados  con los principios como lo está usted.

La ley  de la educación es:
“La manera  en que las personas  aprenden, determina  cómo usted enseña”.

La verdadera función  del maestro es crear las condiciones  más favorables  para el autoaprendizaje. La verdadera enseñanza  no es la que imparte conocimiento, sino la que estimula a los alumnos a obtenerlo. Es posible  decir  que quien  enseña mejor  es quien enseña menos.

La última prueba de  la enseñanza  no es lo que usted hace  o lo bien que lo hace, sino qué y cómo lo hace  el estudiante. Los buenos maestros no deben de enfocarse en lo que ellos hacen, sino en lo que sus estudiantes están haciendo. En la enseñanza debemos tener objetivos bien  definidos:

1.    ENSEÑE A LAS PERSONAS CÓMO PENSAR
Si quiere cambiar a una persona  permanentemente, asegúrese de cambiar su manera de pensar  y no sólo su conducta. Si sólo cambia su conducta, él no entenderá por qué la cambió. Resulta ser un cambio superficial, y por lo general de corta vida.

2.    ENSEÑE A LAS PERSONAS CÓMO APRENDER
Desarrolle estudiantes  que sepan perpetuar el proceso  aprendizaje  por el resto de sus vidas. Piense  por un momento  qué involucra el aprendizaje. Aprender es siempre un proceso. Se está realizando todo el tiempo. Cada momento que usted vive. Deje de aprender hoy y dejará de vivir mañana.

3.    ENSEÑE A LAS PERSONAS CÓMO A TRABAJAR
Este concepto  nos regresa al principio  de nunca hacer por el estudiante lo que él puede hacer por sí mismo. Si lo hace hará de él o ella un incapacitado. Nunca olvide  que su tarea es desarrollar personas  que sean autodirigidas, que sean disciplinadas, que hagan lo que hacen porque ellos deciden hacerlo.

Si va enseñar a, los estudiantes a pensar, aprender, trabajar, entonces  ayúdelos a dominar cuatro  habilidades básicas: Leer, escribir, escuchar y hablar.

EL FUNDAMENTO LLAMADO FRACASO
El fracaso es una parte necesaria  en el proceso del aprendizaje .Recuerde que los discípulos fueron enviados de dos en dos  y lo están pasando muy bien. Vuelven a Jesús  y le dicen: “Señor, aun los demonios se os sujetan”. Pero un día  se enfrentaron  a un caso difícil. No les  ha sido posible sacarle un demonio a un niño. El padre del niño, desesperado va donde Jesús y le dice: “Fui a tus discípulos pero no pudieron”. Así que Jesús saca el demonio. De seguro, los discípulos llamaron a un lado a Jesús y le dijeron qué pasó y el Señor les contesta que estos demonios salen con oración y ayuno. Como sucede a menudo el fracaso les proporcionó  a sus discípulos una de sus mayores experiencias   de aprendizaje.[1]






[1] Hendricks, H. (2003). Enseñando para Cambiar Vidas. Miami, FL: Editorial Unilit

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