viernes, 28 de diciembre de 2012

MATHURA


LEYENDA DEL NACIMIENTO DE KRISHNA, DIOS DEL HINDUISMO

Mathura es una ciudad en India al sur de Nueva Delhi (capital de la India) y al norte de Agra (donde se encuentra el Taj Mahal) en el estado de Uttar Pradesh.
Mathura es nombrada por primera vez en el texto épico Majabharata como la capital del reino del mítico monarca Surasena.
 El hijo de Surasena fue Vasudeva, quien fue el padre del dios Krishna (máxima deidad del hinduismo).
 Vasudeva y su esposa Devakí (hija del hermano menor del rey Ugrasena) habían sido encarcelados por el malvado rey Kamsa (hijo del rey Ugrasena).
Allí nació su hijo, el dios Krishna y allí se construyó el actual templo de Keshava Dev.
En el Vishnú- purana y en el Bhaghavata- purana se encuentran estas leyendas.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿SOMOS NOSOTROS ‘DIOSES’?

¿SOMOS NOSOTROS ‘DIOSES’?

El hinduismo en su corazón nos enseña que debemos buscar la unión con el divino. ¿Por qué? Porque el universo afirma que el todo del universo es divino y que somos parte o parcela de él. En el hinduismo, la meta del individuo es creer más allá de nuestra ignorancia y engaños al descubrir nuestra divinidad y vivirla.

El popular autor hindú Deepak Chopra describe acerca de nuestro propósito en la vida: “En realidad, somos divinidad disfrazada, y dioses y diosas en embrión que están contenidos en nosotros buscan ser totalmente materializados. el verdadero éxito es, entonces, la experiencia de lo milagroso. Es el completamiento de la divinidad en nosotros”. Chopra también dice: “debemos encontrar nosotros mismos que dentro de nosotros hay un dios o diosa en embrión que desea nacer para que podamos expresar nuestra divinidad”.

Cuando leo estas citas no puedo resistir hacer algunas preguntas. ¿Quién es el nosotros? ¿Quién es el dios? ¿Quién es el yo? ¿Son estos diferentes entes que viven juntos en nosotros? Hay un dios que me necesita (¿pero cuál yo?) para traerle (¿Cuál es si es en realidad yo?) a nacer, para que mi yo engañado pueda dejar de estar engañado surja divino como el verdadero yo? ¿Cómo termino dios en forma de embrión dentro de mi mientras yo crecía; para que yo le diera el privilegio de nacer y perder mi humanidad para encontrar mi divinidad?

Hacia el final de su libro, Chopra nos pide que hagamos un compromiso con estas creencias hindúes. Pregúntese si puede honestamente encontrar esto creíble:
Hoy amorosamente nutriré al dios o diosa en embrión que esta profundo en mi alma. Pondré atención al espíritu dentro de mí que anima mi cuerpo y mi alma. Me despertare a mí mismo a esta profunda quietud en mi corazón. Me llevare la conciencia de ser sin tiempo y eterno en medio de la experiencia atada al tiempo.

Este es el corazón del budismo como un sistema de creencias; que usted y yo somos dioses. Uno de los principales filósofos de la India dijo tan claramente como fuera posible: “el hombre es Dios en un estado temporal de olvido propio”.

Pero ¿es esto en realidad? ¿Es esto lo que piensa cuando se mira en el espejo? ¿Es esto lo que unos pocos miles de años de historia humana nos han enseñado, que usted y yo somos solitarios y confundidos dioses que hemos perdido el camino?

Permítame ofrecer tres pensamientos:
1.     La unión con la fuerza impersonal nunca traerá satisfacción a nuestro dolor humano de intimidad: conocer y ser conocido.
2.     El hinduismo no ofrece un camino claro para vivir porque creer que somos uno con una fuerza impersonal define como pensamos, como hablamos, y como experimentamos la vida. Algunos de los más respetados pensadores hindúes han declarado que el hinduismo es uno de los sistemas más contradictorios de los propósitos de la vida que se han denunciado.
3.     El hinduismo no podría sobrevivir el vacío de llamarnos a nosotros mismos dioses. La mayoría de las personas saben que son cualquier cosa menos dioses; y los dioses han irrumpido por millones, y los templos hindúes están llenos de personas que buscan adorarles.

En el cristianismo, obtiene a Jesús. En el hinduismo, usted (un dios olvidadizo) obtiene unión con el universo impersonal divino.


'Jesús Entre Otros Dioses' - Ravi Zacharias  / Pág. 77

jueves, 9 de agosto de 2012

EL LLAMADO DEL DR. DUFF


EL LLAMADO DEL DR. DUFF

El doctor Alejandro Duff, el gran misionero veterano de la India, regresó a Escocia para morir, y al hallarse frente a la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana, hizo su llamado, pero no encontró respuesta.
En la mitad de su llamamiento, se desmayó y fue retirado de la plataforma. El médico se inclinó sobre él, examinándole el corazón. Abrió los ojos:
—¿Dónde estoy? —Exclamó— ¿Dónde estoy?
—Estése quieto —dijo el médico—, su corazón está muy débil.
—Pero—exclamó el antiguo luchador—, ¡tengo que terminar mi llamado! Llévenme nuevamente. Llévenme nuevamente. No he terminado aún mi llamado.
—Estése quieto —repitió el médico—, está muy débil para volver.
Pero el anciano misionero se esforzó por ponerse en pie, su determinación venció su debilidad y, con el médico a un lado y otro ayudante por el otro, el luchador de cabello blanco fue conducido nuevamente a la plataforma y mientras ascendía por los escalones del púlpito, toda la asamblea se puso de pie en su honor; luego continuó su llamado:
Cuando la reina Victoria llama por voluntarios para la India—exclamó—, cientos de jóvenes responden; pero cuando llama el rey Jesús, nadie acude.
Hizo una pausa, y retomó el discurso:
—¿Es cierto—preguntó— que Escocia ya no tiene hijos para dar a la India?
Nuevamente hizo una pausa.
—Muy bien —concluyó—, si Escocia ya no tiene jóvenes para mandar a la India, entonces, anciano y gastado como estoy, yo regresaré, y si no puedo predicar me recostaré en las costas del Ganges y allí esperaré morir, para que sepa la gente de la India que por lo menos hay un hombre en Escocia que tiene suficiente interés por sus almas y que está dispuesto a dar su vida por ellos.
Al instante varios jóvenes de entre la asamblea se pusieron de pie y gritaban:
—¡Yo iré! ¡Yo iré! ¡Yo iré!
Después de haber partido de este mundo el famoso misionero, muchos de esos mismos jóvenes fueron por los caminos de la India, para entregar sus vidas como misioneros, como resultado del llamado que Dios hiciera por medio del doctor Duff.
Amigo mío, ¿quieres ir? ¿Te ha hablado Dios? ¿Has percibido su llamado? ¿No contestarías:
«Señor, heme aquí, envíame a mí?» (Isaías 6.8). Y si no puedes ir, ¿enviarías a un reemplazante? La decisión queda contigo.
¿Por qué ha de escuchar alguno dos veces el evangelio antes de que todos lo hayan escuchado una vez?


‘Pasión Por Las Almas’ -Oswald J. Smith