LA LEY DE LA COMUNICACIÓN
La palabra comunicación
viene del latín conmunis, que
significa común. Para comunicar debemos de establecer lo que se tiene en común, lo que se comparte.
Y mientras mayor sea lo que hay en común, mayor será el potencial para la
comunicación.
La ley de la
comunicación dice:
“La
comunicación eficaz requiere la construcción de puentes”
La comunicación tiene
tres elementos fundamentales: Intelecto, emoción y volición, en otras palabras:
Conocimiento,
sentimientos y acción. Así que cualquier cosa que quiera comunicar a
otro individuo incluye:
…algo que
conozco,
…algo que
siento,
…algo que
estoy haciendo.
Si conozco
bien algo, lo siento profundamente, y lo hago consistentemente, mientras
mejor conozca el concepto, más profundamente lo sentiré y mientras más consistentemente lo practique,
mejor será mi potencial como comunicador. Pero deben de estar presentes
estos tres componentes.
Este es el punto de
partida de la comunicación. La mayoría de nosotros optamos por comunicar el mensaje con el componente intelectual solamente. Dependemos
demasiado de las palabras. Somos demasiados débiles en la comunicación por medios emocionales y volicionales, los componentes del sentimiento y la acción. Así, cada vez que enseñe,
pregúntese: ¿Qué es lo que sé y qué
quiero que estos alumnos sepan? ¿Qué
siento, y qué quiero que los alumnos sientan? ¿Qué hago y qué quiero que ellos
hagan?
PERFECCIONE SU COMUNICACIÓN
Hagamos un repaso del
proceso: Tomamos conocimiento y sentimos
y actuamos, los traducimos en palabras y
entonces las comunicamos por medio del
discurso, lo cual requiere dos cosas: Preparación y presentación
a.
LA
PREPARACIÓN
Es la mejor póliza
de seguro que usted puede tener para su comunicación. En la preparación
se le da forma y distintivos al mensaje.
Su mensaje necesita estructura; necesita ser empaquetado y la habilidad de
empaquetar su contenido es lo que separa a los hombres de los niños y las mujeres de las niñas en la
comunicación. Necesita una introducción, algo que capte la atención .Puede
ser una pregunta, una cita un problema, algo de relevancia para sus vidas que
los cautive. No dé por sentado que la audiencia, de por sí está dispuesta a poner
atención a su discurso. El tener una introducción presupone
que usted sabe qué decir y cómo
lo va a decir durante el tiempo
restante. También necesita una conclusión, la parte que menos se prepara en los mensajes. Entre la introducción y la
conclusión de su mensaje usted necesita ilustraciones (así como ayudas
visuales que deberían incluirse siempre
que sea posible) estas son ventanas que dejan entrar luz en los oyentes.
b.
LA
PRESENTACIÓN
Incluye, entre otras
cosas, la dicción, hablar con
claridad para que las personas entiendan
exactamente lo que usted está hablando. Debemos saber articular nuestras palabras,
otra cosa que debemos cuidar es el
volumen de la voz, también varíe su entonación.
RETROALIMENTACIÓN
Como maestro quiero saber qué saben los
estudiantes, cómo se sienten y qué están haciendo. Puedo hacerles preguntas: «
¿Comprendiste?» Y si la respuesta es
«No, no tengo la más mínima idea»,
tendrá que regresar al principio. O les pido que escriban en sus propias
palabras: «Dígame cómo puede aplicar esto
a su a su esfera de influencia». O puedo preguntar: « ¿Ustedes tienen preguntas?» De esta manera me
daré cuenta de los puntos débiles en mi comunicación.
La retroalimentación nos lleva de regreso a
donde comenzamos: El conocimiento-sentimiento-acción es traducido a palabras. Pero
esta vez no son el conocimiento-sentimiento-acción y las palabras de usted, sino
los de ellos, los estudiantes. Ellos no son papagayos que sencillamente
repiten lo mismo que usted ya les dijo. Más bien, ellos entienden al igual que usted lo entendió. Sienten profundamente, como usted lo
sintió. Y al igual que usted, están permitiendo que la verdad afecte sus
acciones de una manera significativa.[1]
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