viernes, 9 de enero de 2015

LA LEY DE LA ACTIVIDAD

LA LEY  DE LA ACTIVIDAD
Su tarea como  comunicador no es  impresionar  a las personas, sino impactarlas; no sólo convencerlas, sino  cambiarlas. Hoy,  la educación cristiana es demasiado pasiva. Y esto es incongruente  porque el cristianismo es la fuerza más revolucionaria  sobre la tierra y la hemos revestido de concreto.

La ley de la  actividad nos dice  que:
“El máximo aprendizaje  es siempre el resultado  de la máxima participación”

Piense por un momento  en  estas tres declaraciones, y pregúntese cómo podría mejorar  cada una:
a.                    La práctica  hace la perfección
b.                     La experiencia es la mejor maestra
c.                    Aprendemos haciendo

Con respecto a la primera: No, realmente  la práctica no hace la perfección; lo que hace es la permanencia. Respecto a la segunda: Aprendemos haciendo las cosas correctas. Así que hay una correlación  directa entre aprender  y hacer. Mientras mayor sea la participación del estudiante, mayor será su potencial para aprender. Los mejores estudiantes son participantes.

YO HAGO – Y YO CAMBIO
Esta  ley de la actividad  se confirma  tanto como una buena cantidad de investigaciones modernas  como por un antiguo proverbio chino:
Oigo, y olvido.
Veo y recuerdo
Hago y entiendo.
Cuando usted hace, el resultado es más  que entender, usted también cambia.

ACTIVIDAD SIGNIFICATIVA
Dijimos que la ley de la actividad  es cierta con una condición: La actividad debe de ser significativa. ¿Qué clase de actividades son significativas?

1.    ACTIVIDAD QUE PROVEE DIRECCIÓN SIN SER DICTATORIAL
Cuando usted asigna tareas y debe de hacerlo  para que los estudiantes participen más en el proceso de aprendizaje, recuerde siempre ofrecer una esfera de libertad. Usted quiere estructura, no una camisa –no una camisa de  fuerza.

2.    LA ACTIVIDAD QUE PONE ÉNFASIS EN LA  FUNCIÓN Y LA APLICACIÓN
Es decir, la actividad que  inmediatamente  permite que los estudiantes pongan en uso todo lo que acaban de aprender.

3.    LA ACTIVIDAD CON UN PROPÓSITO  PLANEADO
Los objetivos determinan los resultados. Usted logra lo que se propone. Si usted está enseñando una lección que contiene requisitos  pregúntese: ¿Cuál es mi objetivo?

4.    LA ACTIVIDAD QUE SE PREOCUPA TANTO DEL PROCESO COMO DEL RESULTADO
De manera que los estudiantes no sólo saben qué creen, sino también por qué lo creen. Si usted sólo les da conocimiento a los estudiantes, los limitará. Pero si les da el proceso los lanzará por un camino que no tiene límites.

5.    LA ACTIVIDAD REALISTA QUE INCLUYA  SITUACIONES QUE REQUIERAN  LA SOLUCIÓN DE PROBLEMAS
A menudo  fracasamos  en tratar los problemas  reales  que las personas tienen. Así que averigüe: ¿En qué situación se encuentran? ¿Con qué están luchando? ¿Qué tentaciones enfrenta? Así que haga que las actividades  reflejen la vida real, y descubra el ¡Ábrete sésamo! Que dé acceso a los corazones de las personas. Pero no predisponga la situación.[1]





[1] Hendricks, H. (2003). Enseñando para Cambiar Vidas. Miami, FL: Editorial Unilit

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