jueves, 6 de junio de 2013

ADONIRAM JUDSON

"El Padre de los Misioneros Bautistas"
1788 - 1850

NACIMIENTO: Massachussets en 1778 en el seno de una familia cristiana.
PADRES: Adoniram Judson, Sr. y Abigail Brown Judson.
MUERTE: Falleció en 1850 y su cuerpo fue entregado al mar.
COMIENZOS:
·         A la edad de tres años dominaba la lectura como para leer fluidamente la Biblia. 
·         A los diez años, ya sabía griego y latín. 
·         Egresó como el mejor alumno de su promoción en la Universidad de Brown.
·         Se fue convirtiendo en un ateo absoluto
·         Una noche, se dirigió a Sheffield y se hospedó en la posada de un pueblito donde nunca había estado antes. Estaba al lado de un joven que estaba muy enfermo, a punto de morir. El joven había muerto al amanecer. La primera cosa que se le vino a la mente fue: «Él no creía en Dios; él no era salvo; él está en el infierno». Desde entonces todas sus dudas acerca de Dios y de la Biblia se desvanecieron. No pasó mucho tiempo después que él mismo se volvió a Dios, dedicándole su vida entera.


EN EL CAMINO DE DIOS:
·         Un día de febrero de 1810, las palabras “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio” se transformarían en un mensaje tan claro y fuerte como una voz audible. Ese mismo día consagró su vida respondiendo al llamado al oriente. Más lo primero que pensó fue en el Medio Oriente, en Palestina, para trabajar con los judíos. Finalmente el camino lo llevaría a Birmania.
·         Se le ofreció en ese mismo tiempo un puesto en el cuerpo docente de la Universidad de Brown, invitación que él rechazó.
·         Sus padres le instaron a que aceptase hacerse pastor asociado con el Dr. Griffin en la iglesia de la calle Park, que era en ese entonces «la iglesia más grande de Boston». Pero él también lo rechazó.
·         Cuando su madre y hermana, con muchas lágrimas, le recordaban los peligros de una tierra pagana, contrastándolos con las comodidades del campo doméstico, volvió a verificarse la antigua escena del libro de los Hechos. «¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón?, porque yo no sólo estoy presto a ser atado; más aún: a morir en la India por el nombre del Señor Jesús». 
MATRIMONIO:
·         «Ataría a mi hija a una casilla postal antes que dejar que se case con ese misionero», decía toda la ciudad acerca de Adoniram cuando él estaba buscando una esposa.
·         Adoniram puso sus ojos en una joven llamada Ann Hasseltine. Seis meses antes de salir para India, Judson escribió una carta al padre de ella, pidiéndole su hija.
·         En parte de la carta decía: «Deseo preguntarle si usted puede consentirme partir con su hija la próxima primavera, para no verla nunca más en este mundo; si usted aprueba su ida y su sometimiento a las penalidades y sufrimientos de la vida misionera; si usted puede consentir en su exposición a los peligros del océano, a la influencia fatal del clima del sur de India; a todo tipo de necesidad y dolor; a la degradación, a los insultos, a la persecución, y quizás a una muerte violenta. ¿Puede consentir usted en todo esto, por causa de Aquel que abandonó su morada celestial, y murió por ella y por usted; por causa de las perdidas almas inmortales; por causa de Sion, y la gloria de Dios? ¿Puede usted consentir en todo esto, en la esperanza de encontrarse pronto a su hija en la gloria, con la corona de justicia, gozosa con las aclamaciones de alabanza que tributarán a su Salvador los paganos salvados –por su intermedio– del infortunio y la eterna desesperación?».
·         Increíblemente, el padre dijo que ella debía decidir por sí misma. Ella escribió a su amiga Lydia Kimball: «Me siento deseosa y expectante, si nada en la Providencia lo impide, pasar mis días en este mundo en las tierras de los paganos. Sí, Lydia, tengo la determinación de dejar todas mis comodidades y goces aquí, sacrificar mi afecto a los parientes y amigos, e ir donde Dios, en su Providencia, tenga un lugar para establecerme». Adoniram y Ann se casaron.
RUMBO AL ORIENTE:
·         Se embarcaron con rumbo a la India en 1812. Su travesía duró cuatro meses. Llegaron a Calcuta en el verano de 1812. Pero recibieron órdenes perentorias del gobierno británico de que dejaran el país inmediatamente.
·         Volvieron a la Isla de Francia. Pero con una determinación invencible, volvieron a la India, llegando a Madras en junio del año siguiente. De nuevo fracasó su propósito y de nuevo les fue ordenado que se fuesen del país.
·         Ellos decidieron irse a Rangún, Birmania (hoy Myanmar).
·         William Carey, el gran misionero que por ese tiempo vivía en la India, les advirtió que no fuesen allí, pues era un país cerrado, con un despotismo anárquico, rebelión constante e intolerancia religiosa. Además, estaba el triste récord de que todos los misioneros anteriores habían muerto.
·         Con sólo escuchar uno podía desanimarse, pero los Judson determinaron que iban a aprender el idioma. Finalmente decidieron preparar su propio diccionario y gramática.
LA CÁRCEL
·         Un día, mientras Judson trabajaba en la traducción de la Biblia al birmano, dos policías llegaron a la casa. Ellos habían visto a Adoniram entrar a un banco británico por la mañana y asumieron que él era un espía inglés.
·         A Judson lo llevaron a la cárcel, mientras que Ann fue puesta bajo custodia militar estricta.
·         El misionero había traducido al birmano, con mucho trabajo, todo el Nuevo Testamento y, cuando fue apresado, su esposa enterró el manuscrito en el fondo de su casa. Pero llegó el otoño y en Birmania (Myanmar) llueve mucho, se iba a echar a perder. Entonces su esposa hizo una almohada grande y gruesa, metió adentro el Nuevo Testamento y se lo llevo. Entonces los carceleros  le robaron su almohada. Cuando Ann se enteró, hizo otra mucho más linda y más atractiva, y le ofreció al carcelero de cambiársela, cosa que éste aceptó con agrado.
·         Judson era norteamericano, aun así los birmanos lo consideraban como si fuera un espía inglés. Pero para sorpresa de Judson, cierto día fue convocado para servir de traductor e intermediario entre los birmanos e ingleses.
·         Tan pronto como estuvo fuera, corrió a su casa, ya que su esposa no lo visitaba desde hacía un tiempo. La encontró gravemente enferma. Pronto moriría.
·         Finalmente se firmó la paz y Judson pudo dedicarse plenamente a predicar el Evangelio y a trabajar sobre la traducción de la Biblia.
RECOGIENDO FRUTOS
·         Seis años después de su arribo a Birmania, bautizaron a su primer convertido, Hamhung Nau. La siembra fue larga y dura. La siega aún más, durante años.
·         Pero en 1831 había un nuevo espíritu en la tierra. Judson escribió: «La búsqueda de Dios se está extendiendo por todas partes, a lo largo y ancho del territorio. Hemos distribuido casi 10.000 tratados, dándolos sólo a aquellos que preguntan. Muchos han venido a pedir consejo. Algunos han viajado dos o tres meses, de las fronteras de Siam y China, para decirnos: ‘Señor, hemos oído que hay un infierno eterno, y tenemos miedo de él. Dénos un escrito que nos diga cómo escapar de él’. Otros, de las fronteras de Kathay: ‘Señor, nosotros hemos visto un tratado que habla sobre un Dios eterno. ¿Es quien regala tales escritos? En ese caso, le rogamos nos dé uno, porque queremos saber la verdad antes de que muramos’. Otros, del interior del país, donde el nombre de Jesucristo es un poco conocido: ‘¿Es usted el hombre de Jesucristo? Dénos un escrito que nos hable sobre Jesucristo».
·         Durante los seis largos años que siguieron a la muerte de Ann, trabajó solo, hasta que finalmente se casó con Sarah Hall Boardman, la viuda de otro misionero.
·         Judson perseveró durante veinte años para completar la mayor contribución que se podía hacer a Birmania: la traducción de la Biblia entera a la propia lengua del pueblo.
DE VUELTA EN SU TIERRA
·         Después de trabajar con tesón en el campo extranjero durante treinta y dos años, y para salvar la vida de Sarah. No obstante, en vez de mejorar de la enfermedad que sufría, ella murió durante el viaje. Así llegó Judson a su tierra: solo y enlutado. Grandes multitudes venían para oírlo predicar.
·         Judson sólo tenía una pasión: volver y dar su vida por Birmania. Su estancia en los Estados Unidos fue breve. Duró el tiempo suficiente para dejar a sus hijos establecidos y encontrar un barco de retorno.
·         Todo lo que quedaba de la vida que él había conocido en Nueva Inglaterra era su hermana. Ella había mantenido su cuarto exactamente como había sido 33 años antes y haría lo mismo hasta el día en que ella murió.
·         Para asombro de todos, Judson se enamoró por tercera vez, esta vez de Emily Chubbuck, con quien se casó el 2 de junio de 1846. Ella tenía 29 años; él 57. Ella era una escritora famosa y había dejado su fama y su carrera para ir con Judson a Birmania. Llegaron en noviembre de 1846. Y Dios les dio cuatro de los años más felices que cada uno de ellos había conocido. Los últimos destellos del otoño En su primer aniversario, 2 de junio de 1847, ella escribió: «Ha sido lejos el año más feliz de mi vida; y, lo que aún es a mis ojos más importante, mi marido dice que ha sido el más feliz de su vida. Yo nunca he visto otro hombre que pudiese hablar tan bien, día tras día, sobre cualquier tema, religioso, literario, científico, político, y – sobre bebés».
·         Ellos tenían un hijo, pero entonces los viejos males atacaron a Adoniram por última vez. En su miseria él era despertado de vez en cuando por un dolor tan terrible que acababa vomitando. Una de sus últimas frases fue: «¡Cuán pocos hay que mueren tan duramente!».
·         Pasadas las 4 de la tarde del viernes 12 de abril de 1850, Adoniram Judson murió en el mar, lejos de toda su familia y de la iglesia birmana. Fue sepultado en el océano. «La tripulación se reunió en silencio. No hubo ninguna oración. El capitán dio la orden. El ataúd resbaló a través de un tablón hasta las aguas, a sólo unos cientos de millas al oeste de las montañas de Birmania. Diez días más tarde, Emily dio a luz a su segundo hijo, que murió al nacer. Ella supo cuatro meses después que su marido estaba muerto. Volvió a Nueva Inglaterra y murió de tuberculosis tres años más tarde, a la edad de 37 años.
LA PLENITUD DEL HOMBRE EN CRISTO
·         Emily cuenta que, durante su última enfermedad, ella le leyó la noticia de cierto periódico, referente a la conversión de algunos judíos en Palestina, justamente donde Judson había querido ir a trabajar antes de ir a Birmania.
·         Esos judíos, después de leer la historia de los sufrimientos de Judson en la prisión de Ava, se sintieron inspirados a pedir también un misionero, y así fue como se inició una gran obra entre ellos. Al oír esto, los ojos de Judson se llenaron de lágrimas.
·         Durante los últimos días de su vida habló muchas veces del amor de Cristo. Con los ojos iluminados y las lágrimas corriéndole por el rostro, exclamaba: «¡Oh, el amor de Cristo! ¡El maravilloso amor de Cristo, la bendita obra del amor de Cristo!».
·         En 1850, el año de su muerte, había sesenta y tres iglesias y más de siete mil bautizados. Un biógrafo comenta respecto de Adoniram Judson: «Él tenía 24 años cuando llegó a Birmania, y trabajó allí durante 38 años hasta su muerte a los 61, con un solo viaje a casa de Nueva Inglaterra después de 33 años. El precio que él pagó fue inmenso. Él fue una semilla que cayó a tierra y murió. Él «aborreció su vida en este mundo» y fue una «semilla que cayó a tierra y murió». En sus sufrimientos, «llenó lo que estaba faltando de las aflicciones de Cristo» en la inalcanzable Birmania. Por consiguiente, su vida llevó mucho fruto y él vive para disfrutarlo hoy y siempre. Él podría, sin ninguna duda, decir: «Valió la pena».
·         En la ciudad de Malden, Massachussets, hay un recordatorio que dice:
In Memoriam Rev. Adoniram Judson Nació el 9 de Agosto de 1788. Murió el 12 de abril de 1850. Lugar de nacimiento: Malden. Lugar de sepultura: El océano. Su obra: Los salvos de Birmania y la Biblia birmana. Sus memorias: Están en lo alto.


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