LAS ÚLTIMAS PALABRAS DE UN MÁRTIR AFRICANO
Ya se echaron las suertes. He cruzado la línea. La decisión ya se tomó.
Soy un discípulo de Jesucristo.
No voy a mirar hacia atrás, no voy a volver atrás, ni voy a quedarme
quieto. Mi pasado ha sido redimido, mi presente tiene sentido y mi futuro está
asegurado.
Le he puesto fin a la vida de bajeza, a caminar por vista, a dar
ofrendas baratas, hablar palabras mundanas y fijar metas mediocres.
Mis pasos ya han sido determinados, mi resolución es pronta, mi meta es
el cielo, mi camino es angosto, mi andar es duro, mis compañeros son pocos, mi
guía es confiable, mi misión es clara.
No voy a rendirme, ni retroceder, ni menguar, ni callar hasta que haya
predicado, orado, pagado, depositado para la causa de Cristo. Debo ir hasta que
él regrese, dar hasta agotarme, predicar hasta que todos sepan y trabajar hasta
que Él venga.
Y cuando Él venga a llevar a los suyos, no tendrá dificultad en
reconocerme. Mis colores son claros. “Porque no me avergüenzo del Evangelio”.
Romanos 1:16*
Lo Único Que No Podrás Hacer En El Cielo, Mark Cahill. Pág 249
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